El tiempo va escarchando tu pelo
y nublando un velo tu mirada.
Aveces en silencio le imploras al cielo
que se lleve tu cuerpo a la nube más alta.
Pues tu te vas dando cuenta que ya no haces falta.
Y eres como una niña pequeña, y nadie se da cuenta
que necesitas del cariño que tu un día habías dado
Pero te llenas de polvo, como un mueble a la venta,
y los días se hacen largos, y las estaciones lentas
y Mayo también florece a un viejo Abril tan mojado.
Y si tienes la suerte de poder recordar tu vida,
recuerdas levemente tu paso por el mundo.
Eres consciente de que en cualquier segundo
tu te llevarás también el recuerdo con tu partida.
Y ahí está tu imagen contra la ventana,
tus negros cabellos se tornan en canas
¿Que esperas del mundo pobre anciana?
Puedo leer entre lineas en tus manos mil asuntos
y en cada surco de tus ojeras metas alcanzadas
también lo que harías si no estubieras tan cansada
pues con suerte, si llegamos, igual seremos en un punto
los que trabajan por su mano, y los de clase acomodada
nos encontraremos en la nada como leves difuntos.
(Aquí se puede notar mi inspiración y
admiración por el gran Jorge Manrrique)
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