tú, tu eres quien me hace daño
tanto tiempo de tan enamorada
que olvidé el desengaño.
Tú, tu y tu maldita mirada,
tu y tu piel perfumada,
no sabía que podias ser
tú, no lo pudiste preveer.
Y ahora estoy tan dolorida
que aun si clavas tu dedo en mi herida,
no encontraré mas consuelo que el sentir
del dolor, nuestro corazón en ella latir.
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