Ya no siento nada.
Ya no es mi cuerpo la cuna de dolores porque ya no hay dolor, ni huesos rotos ni sentimientos heridos.
Ya no es mi piel algo que desgarro desde dentro hacia fuera, ni que es desgarrada en un arrebato de pasión sexual, ni se agarra a ninguna otra piel.
Ya no son mis palabras llanto y mis versos desesperación, ni siquiera me preocupo de rimar porque no hay mayor dolor que no sentir los dedos con los que escribo ni la tierra manteniendo mi cuerpo.
Mi vida ha dejado de ir en linea recta, curva, salto, ha dejado de ir. Tan solo hay una vida que dudo que me pertenezca, que cae a un vacio sin final, a un vacio que alimenta mis pulmones y una parada en seco para fumarme un pitillo de vez en cuando.
Pero no siento, ni lo siento con arrepentimiento. Tan sólo me limito a disfrutar de mí misma, como una señora puesta de barbitúricos y dejar ese cuerpo que me representa caer.
Mi vida es un guión de Jodorowsky en orgía con Dalí, Peter Witkin y decorado bárroco. Cine mudo en blanco y negro. Mi vida es mi humo, y no hay mayor dolor que cuando ese humo se te ha escapado y no volverá el siguiente humo con aroma a tabaco a dibujar una forma tan perfecta ni parecida a la anterior, hasta que el cigarro se apague y solo quede de mi la colilla.
Esperaré mi decadencia al final de una barra brindando con Chavela, la mala de Blancanieves, la soledad y Dios.
Maria Cristina
sábado, 22 de marzo de 2014
Adormecidos párpados, doloroso el color, pieles
y pieles ocultando, desmintiendo fantasías infieles.
Masturbándome la mente pero helando mi vientre
bajo, y no hay más entre mis piernas, marcha fúnebre
lamento, que nuestra banda sonora sea suspiro y aliento.
Ha muerto la mujer, pero cada noche en forma de viento
Iré yo a despertarte dentro, fuera, dentro...
y pieles ocultando, desmintiendo fantasías infieles.
Masturbándome la mente pero helando mi vientre
bajo, y no hay más entre mis piernas, marcha fúnebre
lamento, que nuestra banda sonora sea suspiro y aliento.
Ha muerto la mujer, pero cada noche en forma de viento
Iré yo a despertarte dentro, fuera, dentro...
lunes, 11 de noviembre de 2013
viernes, 19 de julio de 2013
Tan
acostumbrada a no conformarme con la definición de cada palabra en sí,
enredo y desenredo y enmaraño lo que en mi produce un conjunto de
sílabas. Formando algo que al llamarlo palabra se le da superficialidad,
se le cosifica.
Así mismo empiezo a recordar, y me acuerdo del recuerdo.
Al recuerdo se le llama así porque fue, pasó
y si volviera a ser revivido, yo iría predispuesta por el recuerdo y se perdería la magia del imprevisto.
Si así sucedió así tubo que suceder.
El futuro sería un futuro ensayando un próximo recuerdo, y todo sería tan cuerdo que no sería como la vez primera.
Pasa tan rápido que cada minuto es un recuerdo del minuto siguiente y
te predispone a como actuar el proximo y así sucesivamente.
Tu siempre serás recordado, es el precio que tienes que pagar por enamorar a una escritora.
Que te voy a hacer inmortal, estupido, y no lo sabrás nunca.
Jugando al juego de las palabras me acuerdo de una muy curiosa... La llaman esperanza.
Todo el mundo hemos fantaseado con un final ficticio, con la certeza de que es incierto e improbable.
Llámame soñadora, que cree en absurdos finales felices, y que cuando ya
no hay ceniza piensa que la ceniza va a volver y se va a transformar en
leña donde encender una llama.
O que la flor marchita se va a erguir después de haber sido pisoteada por el tiempo.
La gente corriente lo llama esperanza. Suena más cuerdo y más alentador que llamarlo absurdos finales felices.
sábado, 23 de junio de 2012
Fortaleza forzada
Cubro mi espacio de humo, vital compañero.
Calada me quita la vida, pero para que la quiero...
Cada día en esta tierra recuerdo el por qué empecé a escribir,
Porque tras mi coraza de fortaleza hay un vacío en mí.
Y solo entre mis más alegres versos, podrás entrever
que lo que tan bonito parece, también tendrá que doler.
Necesito del sufrimiento, extraña belleza,
y cada sonrisa mía, esbozo para ocultar una tristeza.
No juzgad lo que quiero aparentar
ni busqueis encontrar lo que escondo.
Soy un cuerpo movido por la gravedad
y un corazón, grande en el fondo.
Maquillo mis miedos, ansiedades
la "Verdad" es una utopía.
Que en este mundo de crueldades...
¿Donde escondo yo la pena mía?
Fortaleza forzada,
ya solo queda una calada...
Calada me quita la vida, pero para que la quiero...
Cada día en esta tierra recuerdo el por qué empecé a escribir,
Porque tras mi coraza de fortaleza hay un vacío en mí.
Y solo entre mis más alegres versos, podrás entrever
que lo que tan bonito parece, también tendrá que doler.
Necesito del sufrimiento, extraña belleza,
y cada sonrisa mía, esbozo para ocultar una tristeza.
No juzgad lo que quiero aparentar
ni busqueis encontrar lo que escondo.
Soy un cuerpo movido por la gravedad
y un corazón, grande en el fondo.
Maquillo mis miedos, ansiedades
la "Verdad" es una utopía.
Que en este mundo de crueldades...
¿Donde escondo yo la pena mía?
Fortaleza forzada,
ya solo queda una calada...
jueves, 5 de abril de 2012
Fumo
Que si mi vida fuera de mi misma una parodia,
dejaría también escapar el humo entre mis dedos
marcando en mi piel cada parte que me odia
y odiando saber que cuando el humo se disuelve
en mi aire, es tan real como mis miedos
y tan fugaz que el mismo humo nunca vuelve.
Y si en las formas tan perfectas que emana mi boca
en bocanadas que inspiro nicotina y nada
pues es mi humo que al que admira equivoca
y es mis venas que ahora están contaminadas,
cigarro tras cigarro escondo mi soledad
a punta de pistola y espada.
Fumo por disimulo, por ansiedad, por miedo
fumo por esas cosas que tener no puedo
y fumo por el tiempo, y es triste pero asumo,
que aveces fumo porque quien abraza no es mas que el humo.
jueves, 23 de febrero de 2012
martes, 10 de enero de 2012
Crónica de Don Nadie
Crónica de Don Nadie, que vive en ningún lugar,
resiste porque se alimenta de aire y sueños
y nadie sabe que existe, a la vista son tan pequeños
que hasta dejan de soñar.
Sueña de noche cuando el frío lo permite
y a la luz de la luna, reza plegarias a un dios imaginario.
Son los guardianes de la calle desierta
son los que callan con la boca abierta
y los que dejan entrever en su mirada el calvario.
El transcurso de la vida sigue y la lluvia no frena
el rápido paso de la gente ante su ventana,
tan inmensa que no tiene umbral, y aveces pena
lo visita, y aveces esperanzas.
Pero le mutila su compañera soledad cuando
solo la encuentra en la sociedad vagando.
Y así vive cada día y un futuro cierto
como un fantasma condenado a esta tierra
ya no espera nada, y odia el pobre las horas despierto
y el reloj le palpita cuando sus ojos cierra.
Casi no llora, pero sí se humedece
y no le queda más remedio
que ver desde su ventana inmensa sin umbral
como amanece y anochece
esperando la noche para soñar.
Sueña el pobre la riqueza
sueña el que espera la llegada
sueña el artista con la belleza
Pero Don Nadie, ya no sueña con nada.
resiste porque se alimenta de aire y sueños
y nadie sabe que existe, a la vista son tan pequeños
que hasta dejan de soñar.
Sueña de noche cuando el frío lo permite
y a la luz de la luna, reza plegarias a un dios imaginario.
Son los guardianes de la calle desierta
son los que callan con la boca abierta
y los que dejan entrever en su mirada el calvario.
El transcurso de la vida sigue y la lluvia no frena
el rápido paso de la gente ante su ventana,
tan inmensa que no tiene umbral, y aveces pena
lo visita, y aveces esperanzas.
Pero le mutila su compañera soledad cuando
solo la encuentra en la sociedad vagando.
Y así vive cada día y un futuro cierto
como un fantasma condenado a esta tierra
ya no espera nada, y odia el pobre las horas despierto
y el reloj le palpita cuando sus ojos cierra.
Casi no llora, pero sí se humedece
y no le queda más remedio
que ver desde su ventana inmensa sin umbral
como amanece y anochece
esperando la noche para soñar.
Sueña el pobre la riqueza
sueña el que espera la llegada
sueña el artista con la belleza
Pero Don Nadie, ya no sueña con nada.
martes, 25 de octubre de 2011
Progreso del retroceso
Progreso del retroceso,
sociedad de exceso marcada
por cánones de talla y peso,
sentimientos de patria y nada.
Nos movemos atascados en el tráfico,
y corremos tantas veces kamikazes
que no sabemos que es más trágico
no hacer nada que no saber que se hace.
Ellos van andando sin verse
porque ya se saben el camino,
sin saber que aveces al perderse
nos encontramos con nuestro destino.
Pequeñas cosas, no somos capaces de mirarlas,
lo que no conocemos, lo tachamos de invisible
por eso las cosas que son intangibles
las perdemos, por no saber clasificarlas.
No exprimimos la felicidad en nuestras manos
pero si lloramos la ausencia de esos detalles.
No sabemos amar sin haber perdido antes,
y es entonces cuando el esfuerzo es en vano.
Y no pensamos en otra opción
si no nos dan facilidad
y así es como esta cómoda civilización
nunca encontrará su felicidad.
sábado, 1 de octubre de 2011
Pena y orgullo
Es orgullo y pena lo que al verme sientes,
de poder darme lo que por orgullo no me das.
Entonces es cuando por pena mientes
y con postura de orgullo y un impulso entre dientes
te arrastras cual corriente y con pena te vas.
Y si me hablaras tú a mí un día
me dirás por orgullo que soy yo, quien te miro.
Y entonces tú, lleno de melancolía
con una mirada llena, a la vez que vacía
te darás la vuelta, disimulando un suspiro.
Y vendrás como siempre alcohol en vena
y por miedo a que no me veas huyo.
pero un día serás tu quien con tanta pena
me mirarás pasar a mí con tu orgullo.
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