lunes, 13 de diciembre de 2010

Todo lo que siempre habías querido,
pasará en un momento, casi desapercibido.
Y de pronto, cuando quieras recordarlo,
será tarde, por no aprovecharlo.

Las pequeñas cosas, la sal y el viento,
lo que parece prescindible en este momento.
Son los detalles de la vida cotidiana
los que serán recordados el día de mañana.

Y ya no habrá marcha atrás, tubimos que crecer,
ya no habrá tardes en un parque, ya no volverás a ver
con los mismos ojos la Navidad, ni tendrás ilusión
porque amanezca un nuevo día, y seas un día mayor.

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